Este artículo se propone abordar asuntos relacionados con fechas importantes. No siempre tienen que ser fechas típicamente conmemorativos presentes en el calendario oficial. A veces, son fechas en las que ocurren cosas importantes. El pasado 5 de julio, el papa Francisco, jefe del Estado Vaticano y líder supremo de la mayor iglesia cristiana del mundo, hizo una declaración significativa sobre la que merece la pena reflexionar aquí.
Francisco lamentó, mientras estaba en el sur de Italia según informaba la BBC en línea, el abandono de la tradición que prohibe trabajar los domingos. Según Radio Vaticano, el medio oficial del Vaticano, el papa afirmó: “la pergunta es: ¿a que queremos dar prioridad? El domingo libre de trabajo – exceptuados los servicios necesarios – está para afirmar que la prioridad no es el elemento económico, sino el humano, lo gratuito, las relaciones no comerciales, con la familia, con amistades y para los creyentes, también la relación con Dios y con la comunidad. Quizás ha llegado el momento de preguntarnos si trabajar en domingo es una verdadera libertad”.
El discurso es notable por varias razones. Voy a comentar brevemente sobre lo que se dijo:
Punto 1
– Se percibe que el Vaticano viene demostrando preocupación respecto la observancia del domingo como día sagrado desde hace tiempo. Y esa preocupación es de crecimiento progresivo, o sea, continua dándose y bien rodeada por argumentacionees de diferentes formas a lo largo de los siglos. Todo eso a pesar de que la Santa Biblia deja, de manera incontestable desde la perspectiva teológica, filosófica y lógica, que el sábado es el día determinado por Dios para la adoración especial y descanso del ser humano de las rutinas semanales.
Los textos básicos del libro sagrado del cristianismo son conocidos (Génesis 2:1-3, Éxodo 20:8-11, Nehemías 10:30, Isaías 58:13,14, Ezequiel 20:20, Marcos 2:27, entre otros) y cada uno puede leer y estudiarlos detalladamente. Además, hay mucho material adicional que muestra que el domingo – en condición del Día del Señor o día especial de adoración – es una teorización originada en un grupo de líderes religiosos. Está fundamentada en intereses mucho más políticos que religiosos de los primeros siglos de la era cristiana.
Sobre ello, hay buenos libros como Do sábado para o domingo, de Carlyle Hayne, y una tésis del teólogo ya fallecido Samuele Bachiochi, entre otros títulos que pueden ser encontrados en una búsqueda más exhaustiva. En 1998, el papa ya fallecido Juan Pablo II firmó el documento titulado Carta Apostólica Dies Domini al Episcopado, al Clero y a los Fieles de la Iglesia Católica sobre la santificación del domingo. En ese documento, las evidencias presentadas para justificar el domingo como día del Señor son frágiles sobre todo desde el punto de vista bíblico, aunque las consideraciones sean extensas sobre el tema.
Punto 2
– En la misma noticia de la declaración del papa Francisco, publicada por otras webs como Canção Nova, afirman que “Francisco también reafirmó la necesidad de “proteger” la tierra, uno de los mayores desafíos del tiempo actual, para el Papa. Comencemos un sistema de desarrollo que sepa respetar la naturaleza creada, pidió. Comentando la intervención de una trabajadora, madre de familia, el Papa agradeció su testimonio y el llamado lanzado por ella a favor del trabajo y de la familia. Se trata de procurar conciliar los tiempos para trabajar y estar con la familia. Es un punto crítico, un punto que nos permite discernir, evaluar la calidad humana del sistema económico en que nos encontramos. En este contexto, Francisco también colocó la cuestión del trabajo dominical, que, según él, no se refiere solo a los creyentes, también a todos, como escuela ética”.
La cita es más larga, pero lo necesario está arriba reproducido. Según esa noticia, el domingo como día santificado es presentado por el papa dentro del contexto de la preservación de la tierra y de la familia. Parece ser un buen argumento para una sociedad que destruye el medio ambiente y que valora poco las relaciones familiares.
Sólo lo parece porque, en la Biblia, el sábado es presentado como un día especial de restauración de las relaciones entre las personas, dejando de lado sus intereses propios, ayudando a otros a experimentar una recreación en todos los ámbitos de la vida con el Creador. Incluso en el aspecto familiar. El sábado está totalmente conectado con la creación divina de acuerdo al Génesis. No se puede decir lo mismo del domingo defendido por el papa. Si hay un día especial para la familia, hablando de la revelación bíblica, ése es el sábado.
Punto 3
– La cuestión de la conservación del medioambiente también es importante. Viene desde el antiguo Israel, cuando Dios orientó sobre el cultivo sostenible que cuida la tierra. Daban tiempo para que el terreno descansase (Levítico 25:1-7) incluso antes de que se estudiasen los conceptos de mantenimineto de la tierra para cultivo. No creo que santificar el domingo o resaltarlo como pide el líder religioso sea parte de ese plan.
Si vamos a la Biblia, veremos que cuidar de la creación divina tiene relación íntima con administrar aquello que Él estableció. ¿Qué es lo que el Señor estableció desde el principio? Está registrado: el matrimonio entre hombre y mujer, alimentación saludable, el sábado y el cuidad de los animales y plantas. Eso es lo que necesitamos conservar. El sábado está dentro de ese grupo de fundamentos instruidos por Dios en la creación y nunca el domingo u otros días e instituciones que hoy el concepto humanista eleva por encima de cualquier cosa.
La cuestión del domingo definitivamente no es algo oculto como documentos y correspondencia entre papas y líderes políticos que, según un documental que ví, sólo tienen acceso abierto al público 75 años después de la muerte de los jefes de la Iglesia. El Vaticano presenta el tema abiertamente al mismo tiempo que la Biblia es clarísima respecto la postura completamente contraria.
Para mí, esa será una cuestión crucial conforme más y más estudio detenidamente las profecías de Apocalipsis y Daniel. Una cuestión que va más allá de trabajar o no trabajar, comprar o no comprar en un día determinado. Es una cuestión de adoración. El día del Señor está directamente ligado al Señor en el aspecto del reconocimiento de Él como Creador y Sustentador. No es un detalle del calendario, ni una pequeña alteración por parte de una tradición religiosa con fortísima influencia política y económica. Es algo mucho más profundo que merece ser objeto de estudio igualmente profundo.
Felipe Lemos, asesoría comunicaciones División Sudamericana, julio 2014